Este Post lo escribe mi buen amigo el Dr. Segio Vañó Galván, Dermatólgo, que dedica parte de su labor asistencial, docente e investigadora a la microscopía confocal.

Las técnicas de diagnóstico no invasivo han ganado importancia en Dermatología en los últimos años, siendo un pilar fundamental para el diagnóstico precoz del cáncer de piel. La dermatoscopia (microscopía de epiluminiscencia) por ejemplo, es una técnica ampliamente utilizada por la mayoría de dermatólogos, y ya prácticamente imprescindible en la valoración de lunares y su diagnóstico diferencial con el melanoma. En los últimos tiempos, otras técnicas de diagnóstico no invasivo están ganando relevancia en Dermatología, entre ellas la ecografía cutánea y la microscopía confocal.

 Figura 1: Microscopio confocal

La microscopía confocal consiste en un novedoso medio diagnóstico no invasivo que permite obtener imágenes en tiempo real de la piel con una resolución cuasi-histológica. El microscopio confocal emite una energía láser de muy baja potencia a la piel, que es reflejada por las diferentes estructuras y células cutáneas en función de sus diferentes índices de refractilidad. El dispositivo detecta esta energía reflejada y construye imágenes horizontales de la piel, en tiempo real y de forma no invasiva. Al visualizarse el tejido en tiempo real, es posible observar incluso procesos fisiológicos dinámicos tales como el flujo sanguíneo, el tráfico leucocitarios en los procesos inflamatorios, e incluso la trasmigración leucocitaria como respuesta del huésped a la presencia de una neoplasia. El microscopio confocal tiene una resolución lateral de 1 μm y una resolución vertical de 3-5 μm, permitiendo observar detalles a nivel celular. Permite visualizar imágenes con nitidez hasta una profundidad de 250-350 μm, lo que es suficiente para visualizar la epidermis, la dermis papilar y la dermis reticular superficial. Por todo ello, se trata de un procedimiento que podríamos decir permite realizar una «biopsia virtual» de la piel, sin necesidad de dañar la piel ni dar puntos.

 Figura 2a: Imagen dermatoscópica de un melanoma de extensión superficial, mostrando retículo atípico, seudópodos y velo azul-blanquecino.

La técnica, que ya ha demostrado en diferentes estudios mejorar la sensibilidad y especificada en el diagnóstico del cáncer de piel, no obstante presenta una serie de limitaciones. Quizá su mayor limitación sea la poca generalización de la técnica, dado el coste del dispositivo y la lenta curva de aprendizaje para el dermatólogo. Además se trata de un procedimiento diagnóstico que se debe utilizar para lesiones seleccionadas, ya que es cada exploración requiere un tiempo de alrededor de 5-10 minutos.

Actualmente, son pocos los centro españoles que cuentan con esta tecnología, pero es probable que con el desarrollo tecnológico los dispositivos consigan tomar las imágenes en menos tiempo y que su aprendizaje entre los dermatólogos se generalice, ya que es una técnica que permite mejorar la sensibilidad en el diagnóstico del cáncer de piel y es un medio diagnóstico idóneo para el estudio de los procesos «in vivo» fisiológicos y patológicos de la piel.

 Figura 2b: Imagen mediante microscopía confocal del melanoma, mostrando un patrón desestructura de la epidermis, junto con la presencia de células pagetoides redondas, altamente específicas de lesión melanocítica maligna.

Dr. Sergio Vañó Galván.

Dermatólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal y de la Clínica Grupo Pedro Jaén en Madrid. Experto en diagnóstico precoz del cáncer de piel.

Web: http://www.sergiovano.com/

 El Doctor Vañó organiza junto al Dr. Jaen el  interesante y muy necesario    I Curso de tricología del Hospital Ramón y Cajal (Madrid).

En proximos posts hablaremos de la ecografía cutánea  en el diagnóstico  y tratamiento de las alopecias.